Gato persa: un bello felino muy particular
Datos de interés sobre el gato persa:
- Peso: entre 3 y 5 kilogramos.
- Longitud: entre 40 y 50 centímetros.
- Esperanza de vida: hasta 20 años.
- Tipo de gato: doméstico.
- Carácter: presumido, cariñoso y tranquilo.
Desde tiempos inmemorables se conoce al gato persa. Se dice que los primero antecesores de esta raza llegaron a Italia en el siglo XVII —procedentes de lo que actualmente se conoce como Irán— y fueron considerados como los primeros gatos de pelo largo en Europa. Fue más adelante, en el siglo XIX, que la aristocracia europea comenzó a criar gatos de pelo largo de una manera notable. Esto llevó al gato persa a ser criado en las más distinguidas familias de Francia, Italia e Inglaterra. De allí comenzaron a hacerse muy interesantes cruces entre el gato persa y otras razas, como el angora. Es la mezcla entre esas dos razas la que dio origen al gato persa que todos conocemos hoy. En la actualidad, se trata de una raza popular y bien difundida mundialmente, aunque el número de sus ejemplares sea más o menos alto.
Características del gato persa
El gato persa es una raza de mediana-grande estatura. Su tamaño generalmente oscila entre 40 y 50 centímetros y su peso promedio está entre los 4 y 5 kilogramos. Es una raza de gato cuya principal característica radica en tener una cabeza redonda en la que sobresale un cráneo ancho con la cara chata. Su nariz también es chata, con un hocico corto y ojos grandes, bien separados y abiertos. Éstos suelen ser claros y brillantes. Sus orejas son pequeñas, de puntas redondeadas.
El cuerpo del gato persa es robusto, con una buena musculatura. Su cuerpo es macizo y redondeado. Tiene un pelaje espeso, largo y sedoso, con una cola larga y peluda. Sus colores varían en una amplia gama de posibilidades. Éstos pueden ir desde los sólidos intensos, como blanco, negro, azul, lila, rojo y chocolate, hasta las posibilidades bicolores con franjas (tabby). En el caso de los machos poseen dos colores, a diferencia de las hembras, que pueden tener hasta tres.
Carácter del gato persa
La tranquilidad es quizás el rasgo más distintivo del carácter del gato persa. Es muy usual verlos durmiendo plácidamente en su mueble o sillón favorito. Como buenos dormilones, son muy dados al sosiego, adoran las siestecitas, las caricias y el cuidado. Adoran los lugares calentitos donde pueden pasar ratos de calma y paz. Aunque son presumidos, no faltarán los reclamos a sus dueños pidiendo melosas caricias. Su belleza los hace merecedores de una atención especial. Por otra parte, se llevan bastante bien con todos los miembros de la familia en general. Sin embargo, en caso de haber niños pequeños, éstos deben aprender poco a poco a compartir con esta clase de mascotas. Los juegos deben ser suaves y siempre con respeto para que exista una buena armonía entre niños y mascotas. Hay que recordar que se trata de un gato que tiene una marcada tendencia a vivir en espacios delimitados (dentro de la casa) por lo que no se la pasará muy bien yendo a los exteriores del hogar.
Salud de gato persa
El gato persa, cuando tiene los cuidados requeridos, puede vivir hasta los 20 años. Sin embargo, aunque la salud se mantenga monitorizada, hay algunas dolencias que pueden aquejar a esta raza. Las enfermedades renales de tipo quístico pueden desarrollarse con el paso del tiempo, teniendo como desenlace un fallo renal. Igualmente, la forma en que está estructurada la cara de esta raza de gato hace que el lagrimeo sea constante y puedan producirse irritaciones en algunas zonas de su piel o problemas respiratorios. Por ello se deben mantener siempre limpios.
Como el gato persa es particularmente peludo, mantenerlo cepillado es una cuestión de salud. Evitar los problemas relacionados con las bolas de pelo siempre será una prioridad, ya que son causa frecuente de estreñimiento o vómitos. El cepillado diario mantendrá el pelo muerto fuera de su pelaje y la ingesta de éste será mínima.
Cuidados del gato persa
Una nutrición balanceada que incluya una buena cantidad de comida natural será beneficiosa para su salud. El hígado, pescado, pollo con vegetales y arroz con carnes (sin hueso) son excelentes opciones para tener un gato persa bien alimentado. El pienso, en caso de que se lo des, siempre debe estar fresco y de buena calidad. Una buena hidratación hará que los riñones del gato siempre estén en buen estado; para ello debe haber agua fresca y limpia a su disposición.
La supervisión médica veterinaria es fundamental para la salud del gato persa. Así se monitorizará el estado de sus patas, pelaje, ojos, orejas y dientes. Cuando anomalía extraña en su salud debe ser consultada con un especialista felino. Es importante mantener al día sus vacunas y desparasitaciones.
Por último, no se debe olvidar mantener la arena sanitaria limpia y en un área ventilada. Así se evitarán malos olores y presencia de moscas. El gato persa es particularmente peludo y requiere un sitio cómodo y en buenas condiciones para sus necesidades fisiológicas.
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